Carnaval 2012
Lucas: tiznao y negro del saoco
ES EL LÍDER DEL GRUPO "LOS TIZNAOS DE LA BANDERA DOMINICANA"
Por Yaniris López
Fuente: Listin Diario
Son inconfundibles. Con sus cuerpos negros pintados con carbón y aceite quemado, los tiznaos figuran entre los personajes más populares del carnaval dominicano.
Hace años participaban en los desfiles como cerca humana, para que el público mantuviera el orden en las calles “en vista de que nadie quería que lo ensuciaran”, indica Xiomarita Pérez, directora nacional de Folklore. Hoy se ‘exhiben’ en comparsas y pasarelas.
Cón qué se pintan, cómo consiguen los materiales del disfraz y qué simbolismos africanos le imprimen al personaje lo explica Lucas Hernández Guzmán, líder del grupo “Los tiznaos de la bandera dominicana” y un verdadero “negro del saoco”, como él mismo se define.
¿Su historia? Luego de disfrazarse toda la vida de diablo cojuelo, Alí Babá y Califé, Lucas decide en 2007 armar su propio grupo y lo hace de tiznaos, personajes que siempre le habían atraído porque es un gran admirador de la cultura africana. Ese mismo año su comparsa ganó el Desfile Nacional de Carnaval en la categoría “Tradiciones”, el Desfile del Distrito Nacional y muchos otros premios.
Los tiznaos pintan sus cuerpos con el aceite quemado que bota la transmisión de los vehículos diesel, mezclado con crema de payaso y pasta negras. El aceite es hervido y colado dos veces para que suelte las pelusas que maltratan la piel. Según Lucas, dos pintas de esta mezcla son suficientes para pintar el cuerpo. Sólo se 'tiznan' de la cintura hacia arriba y la pintura no se seca, por lo que no es necesario retocarla. Las partes inferiores las cubren con hojas de pencas de coco y debajo llevan licras y un 'pantalón de guardia' hasta la rodilla.
Cuando Lucas, de 37 años, decidió disfrazarse de tiznao, sus padres le dijeron que estaba loco, bien loco. La inspiración la tomó de la famosa serie de televisión que narra la historia del jefe tribal africano Shaka Zulu.
Lucas creció en Villa Consuelo, vive en Villa Juana y tiene 8 hijos. Su fan número 1 es Betania, su actual esposa.
Los tiznaos usan zapatillas cubiertas con lentejuelas y se echan escarcha sobre la pintura para que el cuerpo brille. “Antes la gente tenía miedo. Me decían váyase de ahí, sucio. Ahora se acercan", dice Lucas. Sus tiznaos, además, no son de los que piden dinero so pena de ensuciar a quien se rehúse hacerlo. Lo que hacen es cobrar 100 pesos a los que, para llevarse un souvenir, les solicitan una instantánea.
Además de tiznao, Lucas se disfraza de Negro del saoco, el africano que más se destaca en las tribus por bailar con gracia frente al jefe. El Negro del saoco también se pinta de la cintura hacia arriba pero en lugar de hojas de coco lleva una licra. Al igual que el tiznao, usa argollas en las manos y se rapa la cabeza. El baile de ambos es rápido, encendío y “a toa”, explica Lucas, es decir, moviendo todo el cuerpo.
Los collares del tiznao se elaboran con dientes de vaca o perro que Lucas y su grupo buscan en montes y mataderos. Curar los dientes de vaca les lleva cuatro meses porque estos tienen dentro unos gusanitos que hieden mucho, así que los colocan por varias semanas al sol (en los techos de zinc de las casas), para que los murciélagos se coman los gusanos. Luego los hierven cada ocho días en agua con formol y amoniaco. Una vez listos, y para que el maquillaje no los ensucie, los collares se cubren con barniz. Al finalizar los desfiles se lavan con cloro, detergente y trementina.
Disfrazarse les toma entre 15 y 20 minutos. Lucas dice que puede permanecer más de 10 horas con el maquillaje y que esto no representa riesgos para la salud. Al principio sí: los ojos le picaban y el cuerpo le ardía, pero al mejorar de manera artesanal la mezcla que usan los síntomas desaparecieron. El tiznao puede pintarse la parte delantera del cuerpo con sus manos, pero necesita ayuda para la trasera. Para quitarse el maquillaje usan una toalla o trapo viejo y se frotan la piel de abajo hacia arriba. Luego se bañan varias veces con champú.
El cuerpo es pintado de la cintura hacia arriba. La parte de abajo se cubre con las pencas de coco y debajo de éstas con ‘mediapanties’, licra y un pantalón de guardia hasta la rodilla.
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