Variedades

miércoles, 26 de abril de 2017

In Memoriam: Don Rafael Bolivar Beltré Lebrón


Por Robert Cabral

Que privilegio, cuanto honor!

Nunca las palabras serán suficientes. Cuando se ha tenido una vida tan noble, tan digna, tan sana, tan comprometida, tan afectuosa, tan entrañable, con su familia con su pueblo, con sus amigos, con su comunidad. Queda el vacío del corazón, de los caminos perdidos, de una desesperanza que nos invade, y entonces tenemos que acudir a la vida vivida, a su sonrisa, a su carácter, a sus mejores recuerdos, para recuperar su legado, y continuar con el, recordandole como lo que fue, un verdadero caballero del honor, y de la familiaridad. de la amistad, del progreso, de la fraternidad, del conocimiento, y de la bondad. Don Bolívar Beltre!

Apenas ayer, sábado conversaba con su sobrina Arelis Sanchez, quien me informaba de su delicado estado de salud, y le prometí informarle a mi padre de inmediato, y me proponía ir a verle cuanto antes.

Habia tenido conocimientos dispersos de el, y en mi infancia lo vi muchas veces junto al Padre Luis Quin, (El Guayacan), y a mi padre, porque ambos fueron becarios internacionales, auspiciados por el Padre Luis, cuando intento producir una generación de lideres sociales en Padre las Casas para que encausaran posteriormente la conducción del desarrollo integral de la comunidad, desde el trabajo social, las cooperativas, los proyectos agrícolas, y el desarrollo rural. Era el proyecto de desarrollo mas inteligente, e integral, que jamas pudo tener el Municipio, el cual aborto por razones conocidas.

Don Bolivar fue uno de esos jóvenes lideres, forjados al calor de ese titan, de ese hombre místico, el Padre Luis.

Le recuerdo siempre, para los años 70, activo, dinámico, creativo, hasta que después deje de verle, y supe que se habia ido a vivir a Nizao, de Bani, donde se estableció con su familia, en trabajos propios del IDECOOP donde paso a laboral toda su vida.

Don Bolívar es de la generación del 30, en los albores del desarrollo capitalista del país, y cuando eramos básicamente una sociedad primaria y rural, y bajo esas condiciones, tenia un desarrollo excepcional, porque desde joven fue tocado por el intelecto y la cultura. De hecho, uno de sus primeros trabajos, segun me confeso, fue de bibliotecario de la Biblioteca del Ayuntamiento de Padre Las Casas, empleo que le gestiono el Dr. Abelardo Herrera Piña, entonces funcionario o Sindico municipal, y quien antes habia trabajado, entre otros con Hector Aristy e la contaduria del Aserradero Santa Eduviges, de la familia Vives, en la zona alta del parque Ramirez.

En uno de sus cumpleaños, el 84, el mismo celebro su natalicio con las siguientes palabras:
"Nací en un día como hoy 6 de Septiembre pero del año 1932, hoy cumplo 84 años de edad, son muchos años vividos, me alegro de no haberlos desperdiciado porque los he vivido para servir a todos los mios con mucho amor y recibir todo el amor que ellos me brindan, no se cuantos años mas viviré, pero sean los que sean que DIOS me permita vivir estaré satisfecho, el amor de todos los mios me dara fuerzas para resistir lo dulce y lo amargo que la vida me depare. Hoy soy feliz y lo seré hasta el fin de mis días, DIOS ha de quererlo así, mucho amor para mis hijas e hijos, para mis hermanas y hermano, sobrinas y sobrinos, para mis hermanos y hermanas de la iglesia y para todos mis amigos y amigas. DIOS sea loado".

Ese era Bolivar Beltre! Optimista, vital, apacible, creativo, amoroso, y altivo.

Luego de haberle visto en las redes sociales, empece a interactuar con el frecuentemente, nutriéndome de sus experiencias y vivencias históricas. Siempre, prudente, educado, apasionado, y riguroso. Defendía con ardor sus posiciones. igual sostenía intercambios frecuentes con el querido profesor Juan Maria Vicente Mateo, con quien sosteníamos a veces una relación epistolar, y de quien me consta le tenia gran aprecio. Comentaba muy a menudo con Monik Cano, Marianin Acosta, Salvador, y otros muchos tubaneros que le dispensaban sincero afecto.

Posteriormente decidí visitarle a su casa donde compartimos afectivamente, en presencia de su hija con la que vivía y que cuidaba amorosamente de el. Era un hombre de paz.

Me contó de sus actividades, especialmente de su labor religiosa en la congregación a la cual pertenecía, los Mormones, y de sus padecimientos, pero sin aflixion, sino con alegría y con valentía.
Me pregunto por mi padre, y con sorpresa, le pregunte, "y usted lo recuerda?", a lo que me contesto "esta hermosa chacabana me la envío mi hermano Enrique", me dijo con una sonrisa que me ilumino el alma.

Hablamos sobre la historia tubanera, y le confié que necesitaba su ayuda documental e informativa sobre un trabajo que tenia en proyecto sobre la muerte de Mario Sanchez de Arroyo Cano, hecho este que considere desde la infancia una espina clavada en mis recuerdos, y que desato una fiera represión contra algunos de mis familiares.

Me hablo con entusiasmo de "su compadre Mario", y se mostró entusiasmado con esta aventura histórica en que me empeñaba, prometiéndome toda su colaboración.

Don Bolívar fue un tubanero emérito. De una generación que forjo la fisonomía, y el carácter de ese pueblo entre los años 30 y 60. Era un humanista, escudriñador, artista, poeta, escritor, laborioso. amaba a su pueblo, como amaba la zona donde le toco interactuar, desde Tubano, Bui, Arroyo Cano, Guayabal, Monte Bonito, donde cosecho amigos por doquiera.
Aprovechaba toda ocasión para mencionar a su esposa fallecida, a sus hijos, sus nietos de los que se sentía orgulloso, a sus hermanos y hermanas, y sobrinos.

En una ocasión publico una foto de su madre, y escribió:
"En esta foto están mi Señora Madre María Alicia Lebrón y mi hermano mayor Santiago, ella murió de 41 años de edad el día 11 de Agosto de 1943 y él murió el 20 de Mayo de 1950 a la edad de 28 años. A la muerte e mi madre yo contaba 11 años de edad, pero recuerdo como ahora que era muy tierna y amorosa y me dormía en sus pierna contándome hermosos cuentos de amor cuando tenía 5 o 6 años de edad, recuerdo también que los días de clase me llevaba a la escuela un vaso de leche y me preparaba una avena en un anafe en el patio de la casa. A 70 años de su muerte la recuerdo y la amo como ahora mismo."

Así sentía Don Bolivar sus orígenes maternos.

Uno de los recuerdos que mas celebraba y recordaba con fruición fue su experiencia internacional como estudiante entre 1966--67 mientras estudiaba en Antigonish, Nova Scotia, Canadá, en el Coady International Institute, de la Universidad Saint Francis Xavier University, y cuando publicaba sus fotos compartiendo con compañeros de estudios, afirmaba "Son gratos recuerdos que nunca olvidare".

Tanto por su edad como por su despierta actitud, e inteligencia natural, -como todos sus familiares- y su carácter vital, fue un testigo de excepción de la dictadura de Rafael Trujillo como de los convulsos años posteriores, la lucha contra los remanentes del Régimen, el Triunvirato, el Consejo de Estado, las luchas libertarias, el Gobierno de Bosch, la intervención extranjera, la guerra patria, el régimen de Balaguer, hasta la estabilidad democrática.

Manejaba sus ideas políticas con respeto, y a pesar de la firmeza de sus convicciones no cambiaba su talante de simpatías y afecto en el trato con la gente. No era hombre de querellas y conflictos, era un hombre conciliador y prudente.

El Patriota
Publicó este poema en homenaje a la bandera:

La bandera es una joya ,
la bandera es un celaje ,
y es el mágico ropaje
de la diosa libertad.
Es el símbolo glorioso
que por doquiera se espánde,
la bandera siempre es grande,
aunque arrope solo ruinas
en el empobrecido solar
.
Por eso he dicho, que las palabras no son suficientes, para describir a este entrañable ser humano que despedimos material, pero no espiritualmente.

Don Bolívar sera recordado siempre, mas allá de los tiempos, y el vacío que deja a todos quienes le tratamos, solo lo llenan sus amorosos recuerdos. Creo, que el cumplió con la vida, con gallardía, y con honor. Y sera extrañado, aun cuando se sequen las palabras, y envejezcan las fotografías, pero quedara su gesto, su sonrisa, y quizás, un día, en su pueblo al que tanto quiso, alguien levantara de nuevo su espíritu indomable, de fe en el hombre, en la civilidad, en el progreso, y en la esperanza.

A Don Bolívar, mi mas sentido, intimo, y personal, homenaje, por la calidez de su presencia, por su trayectoria, por los orígenes compartidos, por su ejemplo, por la dicha de haberlo conocido. Un verdadero honor!