Lo ético, lo moral y lo legal

Por: Julio Enrique Caminero
El equipo de estrategia de campaña del Dr. Leonel Fernández, de Danilo Medina y de Margarita Cedeño de Fernández ha “bajado la línea” de que no se debata públicamente el tema de la corrupción gubernamental hasta el próximo día 21 de mayo, cuando se conocerán los resultados electorales. A su entender, hablar de eso durante el proceso electoral sería un acto politiquero. Por desgracia, está pautada para los días del 18 al 20 de abril próximo la celebración en el país de una Cumbre de los representantes de Instituciones de Fiscalización Superior (Cámara de Cuentas) de 34 países, cuyos temas principales son Transparencia y Combate de la Corrupción.

Esto es lo que más se parece a achicarle el terreno del juego a un bateador para que éste de un home run (un cuadrangular). Una primera acotación que queremos hacer sobre ese planteamiento es que nadie en este país ha faltado mas el respecto a sus adversarios o ha dilucidado públicamente temas de corrupción, que el PLD y sus dirigentes. Recuérdese su famoso “Álbum de la corrupción” en contra de los funcionarios del PRD durante la administración del Presidente Don Antonio Guzmán Fernández. En la campaña del año 1986, momento en el que Jacobo Majluta y Joaquín Balaguer polarizaban las preferencias electorales, la militancia del PLD le tiraba gatos a las caravanas del PRD.

Antes si. Ahora no. Hasta en eso hay que ser ético y coherente. La corrupción gubernamental siempre ha sido y será negativa para las posibilidades de los países subdesarrollados salir de la pobreza. Nadie debe olvidar aquella lapidaria frase que registra la historia política de los últimos 30 años: “la sociedad dominicana se divide entre corruptos y peledeístas”. Si esto es así, porque temer a dilucidar públicamente la denuncia y el combate a la corrupción gubernamental en cualquier momento y en cualquier punto geográfico que lo amerite.

Al no disponer de otro instrumento de medición más idóneo, los peledeístas deber observar los resultados del sondeo del periódico El Caribe, entre sus lectores de la versión digital. Un 74 por ciento sugiere que se debe debatir este asunto tan vital y dañino en la actual campaña electoral. Solo un 26 por ciento plantea lo opuesto. Pero una voz con el peso moral del DR. Ramón Antonio Veras dice mucho más. Félix Bautista debe ordenarse su propia auditoría y demostrar que el origen de su fortuna es ético y es moral. De lo contrario, que pague por la impronta.

Cuando se trata de funcionarios públicos, designados por Decreto, o mediante elecciones populares, lo legal tiende a quedar relegado por lo ético, lo moral y lo justo. No solo se comete un acto de corrupción por tomar los fondos del presupuesto nacional y adueñarse de ellos de manera burda. De ser así, los casos de corrupción gubernamental de hoy día no fueran tales en ninguna parte del mundo. Aprovechar el desempeño de una Función Pública para obtener beneficios privados ni es ético ni es moral. Un ex Presidente de Costa Rica fue condenado a prisión por salir de la Presidencia de la República a trabajar como Consultor de una Firma Internacional que había sido proveedora de servicios al Estado costarricense durante su mandato.

Lo que diferencia a un país rico de un país pobre es la magnitud de la corrupción y las acciones preventivas y correctivas para evitarla. En Francia, condenaron a un ex Presidente de la República porque 25 años atrás había nombrado personal excesivo, para favorecer a sus activistas políticos, siendo Alcalde de París. Recientemente, el Presidente de Alemania tuvo que renunciar porque tomó prestado 500 mil Euros a un amigo, sin comunicarlo a las instancias del Estado. Un funcionario español pasa las de Caín en la justicia, por permitir que la pagaran la confección de un traje en Italia.

El caso Urdangarin es un ejemplo de lo que debe hacerse desde arriba para que nadie, sin importar vínculos familiares y políticos, se sienta protegido por el poder político, para enriquecerse a costa de una Función Pública. No y no, la corrupción hay que debatirla y combatirla siempre y en todo lugar.
Fuente: 7 Dias