Variedades

miércoles, 14 de marzo de 2007

Anécdotas

De Felix Maria Díaz (Papito) y Socorrito Vargas:

Estas dos personas fueron un día a Bohechio a un rezo y cuando le brindaron el almuerzo, le sirvieron un plato para los dos, la carne quedaba en el lado de Socorrito, y el arroz y los víveres para el lado de Papito, éste se quedó mirando el plato y le dijo a Socorrito: compai socorro el mundo es como una rueda que tanto gira pa’lante como pa’tra, y le dio vuelta al plato de modo que quedó la carne para su lado. Socorro al ver la situación dijo a papito: si usted y yo no hicimos el mundo dejémoslo como está y cogiendo el plato le dio la vuelta de nuevo quedando la carne de su lado.

De Bartolo Paniagua: Este señor aun en sus últimos días de vida ponía a uno de sus hijos a que le cobrara a sus deudores. Un día que Guillermo Vicente fue a verlo le dijo Bartolo a Jesús! Shu fe, Shu fe! (Jesús café) y sale Guillermo a donde las mujeres y les dice: ¡Caramba! Mi compadre Bartolo es tan atento que dice a Jesús que me brinden café. Sin embargo era cobrándole la cuenta que le debía no brindándole café.

Arturo Segura (fallecido) Tenia tres mujeres(cosa común en ese tiempo), y un día salió de los patios para lo Quemao, cuando llegó a este lugar, le dijo Bienvenida(su mujer), ¡bueno!, yo no te guardé comida porque creí que Gasó(otra de sus mujeres) te lo había preparado en Los Patios; sigue Arturo para Padre Las Casas, y llega donde su esposa Doña Gudelia en horas de la tarde, y esta le dice: Arturo, yo no te guardé comida porque pensé que tu habías comido en Lo Quemao.

De don Gerineldo Feliz: Una vez celebrando un aniversario de la Independencia Nacional en el antiguo Partido Dominicano (en padre Las Casas) y ante la presencia de un alto funcionario del gobierno en turno, Don Gerineldo luciendo lo que para él y otros muchos era un lenguaje florido y haciendo gala de la elocuencia que lo caracterizaba, dijo las siguientes palabras durante un discurso:
“Señores, en este día fervorar en que la comida reverbera, debemos agradecerle mucho al Jefe, porque ha sido el único presidente que se ha antojado de celebrar este Centenario”.

Nos cuenta Tindanga: Una vez me llevaron unos panitas entre amigos y primos, a una piscina del Hotel Maguana en San Juan de La Maguana, ahí se estaba celebrando un fieston, yo era un pollito de 25 años mas o menos y buen mozo, frente a la mesa que ocupábamos mis amigos y yo, había otra ocupada por tres muchachas que estaban muy buenas y una se enamoró de mi. No me quitaba los ojos de encima, tanto que mis compañeros lo notaron; yo engrandecido me paré a bailar con una muchacha cualquiera de las disponibles y cuando subí a la pista a bailar una de las amigas de la muchacha que estaba enamorada de mí se fijo en los zapatos que yo tenia puesto, unos Mocashoes viejos, feos, baratos y con los talones torcidos, y le hizo seña a la amiga que me mirara los zapatos, cuando mi enamorada me vio esos zapatos hizo un gesto de desprecio y ahí mismo volteo su silla y no me miro jamás. Estoy seguro que ella pensó “ese se ve que es un infeliz”. Y no se equivocaba.

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